El duelo ¿cómo superarlo?
En el artículo de hoy hablaremos del duelo, y desde el Centro de Psicólogo en Barcelona Psicoemo quisiera hacer hincapié, más allá de la descripción y sus etapas, en la importancia de darnos tiempo para pasar por el duelo porque es un proceso complejo, lleno de emociones y momentos diferentes.
¿Qué es el duelo?
En nuestras vidas pasamos por situaciones que acarrean diversos tipos de pérdida, desde mudarnos de casa, terminar la escuela primaria, perder rasgos de nuestra identidad con el desarraigo, perder la piel tersa, un vínculo importante, el trabajo, la posición social… hasta la perdida física de un ser querido.
El duelo es el proceso que se activa frente a éste tipo de situaciones y la forma en que se presenta varia según la intensidad de la pérdida, del qué se ha perdido y del cómo ha sucedido.
Proceso del Duelo
Fases del duelo según Elizabeth Kübler-Ross
Elizabeth Kübler-Ross ha establecido una psicología del duelo en unas etapas muy esclarecedoras, que nos pueden ayudar a entender lo que sentimos. Son fases del luto o cualquier otra perdida que no se dan de forma estática uno detrás del otro, sino que ocurren como ondas que aparecen y desaparecen a lo largo de un tiempo considerable y variable.
Negación y aislamiento
- Cuando recibimos la noticia de la pérdida, tan inesperada e indeseada, que por mas que la escuchemos, muchas veces necesitamos que nos la repitan para poder procesarla emocionalmente, éste es un mecanismo de defensa donde aparentemente se niega la pérdida, nos protege de ésta y nos permite asimilarla paso a paso.
Ira
- Aparece la pregunta de “por qué a mi”, buscamos y pedimos explicación a nuestro ser superior de creencias o a la propia vida, una vida injusta que me ha arrebatado lo que ya era mío. Es una sensación de rabia y enfado, sensación de injusticia y hasta envidia de aquel que no le ha tocado vivirlo. En éstos momentos podemos sentirnos enojados con todo y con todos, fomentando una conducta hostil y autodestructiva.
Pacto o negociación
- Cuando se sabe que la pérdida llegará, se genera un pensamiento utópico y de esperanza, prometemos hacer cosas para poder evitar o retrasar la pérdida.
Depresión
- La idea de la pérdida ya cada vez es más real, ya sentimos realmente el vacío que ha dejado la pérdida, por lo que nos inunda completamente la tristeza; ésta emoción nos ayuda a aceptar y ver la nueva realidad, por eso no es apropiado frenarla, expresémosla sin temor, rodémonos de personas que nos escuchen y nos acompañen, no nos apresuremos a estar bien y sintámonos libres de expresar nuestras emociones y pensamientos sin juzgarnos.
Aceptación
- Comenzamos a sentir cierta paz y alivio, seguimos siendo conscientes del vacío, de la tristeza pero ya no atraviesan todo nuestro ser, comprendemos de que no es posible reparar la pérdida y nuestra propia vida se va abriendo camino poco a poco y nos vamos readaptando a la nueva realidad.
Tipos de duelo
Duelo Anticipado
- Cuando creemos o sabemos que perderemos a alguien o a algo, entramos en un duelo anticipatorio ya que si bien todavía no ha sucedido ya lo estamos viviendo emocionalmente como tal en nuestro presente.
Duelo ausente
- Cuando la pérdida es casi insoportable para una persona puede recurrir a un mecanismo que bloquea todo tipo de reacción emocional sobre la situación y vive y actúa como si lo que pasó no tiene mucho valor y efecto en su vida presente, enfocándose o ocupándose en otros aspectos de su vida. En estos casos, como el dolor existe mas allá de la negación, es posible que se transforme en enfermedades físicas o ansiedad.
Duelo crónico o patológico
- En este caso el duelo se prolonga por años quedándose más en las primeras etapas del duelo, resistiéndose a aceptar la pérdida o muerte. Esta situación deja a la persona suspendida en el dolor, la tristeza y hasta la culpa, lo cual le dificulta su relación con la propia vida. En estas vivencias es imporotante buscar ayuda profesional.
Duelo retardado
- La etapa de la negación cobra mucha fuerza al principio de la situación de la pérdida. Esto se puede deber a que existan circunstancias laborales o de obligaciones familiares que no les permita conectar con la siguientes etapas y necesiten mantenerse fuertes frente a su realidad. Hasta que llega un momento que aparece la conciencia de pérdida y conecta con la tristeza y/o ira.
Duelo inhibido
- El duelo inhibido tiene que ver más con una dificultad personal de expresar las emociones y trata de evitar cualquier tipo de contacto emocional con la pérdida.
Duelo desautorizado
- En los duelos que no son aceptados a nivel familiar o social como la muerte de una persona que se mantuvo una relación extramatrimonial o uno de los padres que abandonó a sus hijos o los maltrató. El duelo es vivido en lo privado y acompañado con un sentimiento de culpa y sanción de parte de su entorno cercano.
Duelo distorsionado
- Aquí sucede que la persona reacciona de forma mucho más exagerada a la pérdida. Muchas veces estos casos están asociados a personas que han tenido duelos anteriores al actual y que no han sido superados por lo que la muerte o pérdida actual revive la anterior no finalizada.
Duelo ¿cómo ayudarnos a nosotros mismos a superarlo?
El duelo es doloroso y eso no se puede evitar pero podemos ayudarnos con pequeñas cosas a pasarlo con mayor entereza y no generarnos una depresión por duelo que se extienda en el tiempo y nos afecte a más áreas de nuestras vidas.
- Seamos conscientes que la diversidad de emociones son normales.
- Participemos en rituales de despedida según nuestras creencias.
- Respetemos los momentos en que necesitamos estar solos o acompañados.
- Si tenemos necesidad de hablar del tema podemos pedir a las personas que nos escuchan que nos dejen hablar de lo sucedido y de nuestras emociones sin juzgar ni frenar.
- Tener en cuenta que las expresiones creativas, el ejercicio y la buena alimentación nos pueden ayudar a canalizar lo que sientimos y reforzarnos.
- Participemos en grupos de apoyo que han pasado por lo mismo, nos ayudará a sentirnos comprendidos y comprender más nuestra situación.
¿Cómo puede ayudarte un psicólogo con su tratamiento a superar un duelo?
Como decíamos antes, las etapas del duelo se desarrollan en diversos momentos de nuestras vidas, podemos volver a atravesar por ellas varias veces antes de concluir el proceso y no siempre se pasa por todas las etapas.
Poder ser conscientes de las etapas que vamos pasando nos dará la información sobre si nos hemos estancado en alguna sin poder avanzar.
Según lo que vamos sintiendo vamos a saber cuales son las cosas pendientes en relación a la pérdida, por ejemplo si nos hemos cambiado de país de residencia pero hace tiempo que seguimos en la etapa de la idealización-descalificación y esto no nos deja avanzar en el proceso de duelo, entonces es hora de ocuparnos de lo pendiente sobre el desarraigo.
Hay otro ejemplo muy común frente a la muerte de un ser querido y es quedarse culpable por una última discusión o por palabras no dichas, o por ausencias, por lo tanto, ocuparnos de ésta culpabilidad puede ayudarnos para avanzar en el proceso del duelo.
En éstos casos la ayuda profesional de un psicólogo puede aligerar el proceso doloroso del duelo resolviendo desde la psicoterapia las cuestiones pendientes en relación a la pérdida, facilitando la expresión de las emociones y ayudando a la readaptación.
También puedes considerar la ayuda de un psicólogo si ves que tus emociones te están inhabilitando en tu vida cotidiana de una forma prolongada o si tienes pensamientos suicidas recurrente o tu estado de ira te lleva a autolesionarte.
Existe otra posibilidad en la ayuda que puede ofrecer un psicólogo con la psicoterapia y es cuando ya sabemos de antemano que va a suceder. En éste caso el trabajo se irá centrando en la preparación a la nueva realidad, en resolver todo aquello que creamos pendiente y reforzarnos internamente para afrontar la situación.
El duelo es un proceso totalmente personal y no debe ser forzado, acelerado o alargado; a veces nos parece que una vez acabados los rituales de despedida ya deberíamos haber superado la pérdida, y no es así, démosle el espacio que nos merecemos, existe la posibilidad de atravesarlo y vivir más ligeros y saludables.